Pensamientos perversos

A raíz de los catastrofistas artículos al respecto del trabajo de Sotirov y Dowd que comentaba el otro día, no he podido evitar pensar en la intensa campaña de desprestigio que azota a Vista desde antes de que saliera. Todo se basa en la idea de «calumnia, que algo queda»: hace unos días preguntaba un usuario del foro si era cierto que no se podían reproducir vídeos en Vista ni ejecutar el eMule.

Gran parte de los ataques, y los más virulentos, por lo menos en lo que yo he podido leer en castellano, proviene de defensores del software libre. Con defensores no me refiero a defensores del modelo de negocio que supone el software libre, sino ya desde un punto de vista más político y, a veces, más metafísico (entramos ya en temas del Bien y el Mal). Supongo que, cuando sabes que estás en posesión de la Verdad, que tu postura es el Bien y enfrente tienes el Mal absoluto (representado en la Tierra por Microsoft) tiendes a creer que el fin justifica los medios (me estoy acordando de la toma de Jerusalén por los cruzados en 1099, así al pronto).

Así que pasar del amarillismo y la media verdad a la simple mentira tampoco debe ser tan difícil ni tan moralmente reprobable cuando la Verdad está de tu lado, como tampoco debe de serlo pasar de la información errónea (todos nos equivocamos) a la mentira (sabemos que nos hemos equivocado pero no rectificamos). Bueno, tampoco sorprende, ya que en España tenemos muchos ejemplos de este tipo de comportamiento, sobre todo entre políticos y periodistas.

Dejando de lado cuestiones metafísicas (para mí la lucha entre el software libre y el no-libre no es más que una lucha de dos modelos de negocio), el mensaje que yo he entendido de estos ataques contra Vista es el siguiente:

Vista es malo, muy malo; terrible. Te va a destrozar el ordenador, no te va a funcionar nada con él, no vas a poder escuchar música, ver películas, usar los programas que conoces. La solución es quedarte en XP o pasarte a Linux (mira, yo te enseño cómo).

Curiosamente, en el invierno 2005-2006, el mensaje era:

XP está terriblemente obsoleto con el que casi no puedes hacer nada, y es inseguro porque tiene más de 5 años. Y Microsoft no saca a su sustituto, así que lo único que te queda es pasarte a Linux (mira, yo te enseño cómo).

Así que me imagino que la idea es intentar mantener a la gente en XP con la cantinela de que Vista es malo y, luego, empezar de nuevo con que XP está obsoleto.

Sin embargo, como campaña publicitaria para conseguir usuarios de Linux me parece nefasta. Yo no soy comercial, pero no me imagino a nuestros comerciales diciendo a los clientes: Los muebles de menganito son horrorosos: la chapa se despega con facilidad, los estantes no aguantan peso, como haya un poco de humedad la madera se hincha y todo el mueble se deforma; no le queda otra que comprar los nuestros.

Básicamente, estaríamos diciendo que nuestro producto es malo, pero no tanto como el de la competencia. Como resulte que el producto de la competencia, encima, no sea malo, en un futuro podríamos tener problemas.

Así pues, digamos que me voy a comprar un ordenador y me estoy informando, leyendo en foros y en distintos sitios, y encuentro un montón de artículos y comentarios que me aconsejan usar Ubuntu (no sólo Ubuntu, pero es mayoritario, y como ejemplo me vale) porque Vista es malo.

Y mi razonamiento es: si la razón para usar Ubuntu que me dan los propios usuarios de Ubuntu es que Vista es malo, ¿no será que Ubuntu es malo?

Anda, si me vais a vender un producto, no me vengáis con que el de la competencia es peor; decidme que el vuestro es mejor.

Por fortuna, no hago caso de las habladurías. Espero tener tiempo para instalarme un Linux estas vacaciones y probaré Ubuntu, que la última con la que trabajé fue la 6.10.

En fin, ida de olla con cierta mala leche de despedida. Dentro de un rato empiezo las vacaciones, diez días sin ordenador ni internet.

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