Tengo un amigo que trabaja en un distribuidor de cierta compañía de telefonía. Oírle hablar de los programas informáticos que usan para hacer su trabajo me demuestra que no sólo es el trato al cliente lo que falla en las empresas de telefonía y que la externalización a bajo coste de los servicios incluye algunas áreas que debieran ser básicas para el funcionamiento de la empresa. La última que me ha contado va de un problema para dar de alta un servicio a un cliente. Un problema que, tras pruebas varias y la intervención del soporte técnico que, como distribuidor, tiene a su disposición, tiene todas y cada una de las papeletas de ser un bug del programa. Así que se abre una incidencia a los responsables del susodicho programa.
Que empiezan a marear la perdiz. Lo suficiente como para que la promoción caduque y se retire dicha opción del programa. Dado lo que sé del programa, me imagino una subcontrata con becarios y picacódigos con poca experiencia, mal pagados y echando horas a manta, con una motivación por los suelos y una productividad e interés por hacer bien su trabajo en consonancia (modificada a la baja por la falta de respeto que puedan recibir de sus jefes). Ante la queja del usuario y para dos días que faltan del tema, que le den a él y a su cliente. Y luego, todos, así te las apañes con tu cliente, que no es problema nuestro.