Este fin de semana con el periódico Hoy venía un folleto publicitario del CENATIC (Centro nacional de referencia de aplicación de las TIC basadas en fuentes abiertas, vaya con el nombrecito). Un folleto de 20 páginas que parece ser el primero de una serie (viene marcado como «Fascículo 1») y que comparte con todos los folletos publicitarios el mezclar verdades, medias verdades y falsedades y no mostrar verdades incómodas. También trae una pequeña introducción a Linux (Ubuntu con Gnome, para variar).
De todas las cosas que dice hay una, que por mal escrita entraría en el rango de mentiras, que me ha hecho gracia y que me gustaría, de verdad, que fuera cierta. Dice lo siguiente:
La estabilidad de su sistema operativo. Los sistemas operativos cerrados y propietarios son como cajas secretas, cuyos posibles errores han sido revisados en el momento de su puesta en el mercado, pero esta revisión la ha realizado un grupo reducido de personas en un período limitado de tiempo. Los sistemas operativos abiertos son como cajas públicas, revisadas por un gran número de expertos de forma continua, desde que se pusieron en uso.
Ains… Si fuera así… Si, de verdad, los errores y fallos de una versión de Windows sólo fueran revisados por el equipo de desarrollo y los betatesters… Si nadie se lanzara sobre cada versión de Windows a buscar bugs, exploits, fallos de seguridad… ¡qué vida más maravillosa tendríamos los usuarios de Windows!
Que sí, que tener acceso al código ayuda, pero no es necesario para encontrar errores (sí para corregirlos, claro). Y al revés, el acceso al código fuente no garantiza que sea seguro ni que el gran número de expertos que lo revisa de forma continua vea un fallo evidente en una buena temporada, como el fallo de seguridad SSL de Debian.