—Acabo de guardar un documento y no lo encuentro ni con el buscador de Windows.
—Espera… Mira, abres el LibreOffice, vas a Archivo, documentos recientes y ahí está. Pulsamos y…
Plunch, mensaje de error.
—Espera un momento que miro…
Conéctome al servidor, reviso la ruta. Revísola otra vez.
—La carpeta donde debería estar el archivo no existe. Alguien debe haberla borrado.
—He sido yo. Ya no hacía falta.
…
Empiezo a pensar que la inteligencia de los lusers de una empresa es constante e independiente de su número.