En primavera de 2007 me compré un ordenador. Un sobremesa Packard Bell bastante descompensado, con un Pentium D Presler cuando pegaba fuerte el Core Duo, con dos gigas de RAM (cosa harto rara entonces) y una GeForce de gama baja. La parte interesante estaba en el monitor, un 22» realmente bueno. Combinado, el precio estaba bien, incluyendo el precio de la GeForce 8600 que le metí al poco (cuando salieron al mercado). Un espécimen de gran superficie que no casaba bien junto ni de casualidad: el ordenador no podía ni reproducir un dvd a pantalla completa, cosas de la gráfica de serie y los primeros drivers Nvida para Vista.
Pero era un pedazo de pantalla y, por aquel entonces, salía más a cuenta comprar un ordenador en el hipermercado que en las tiendas de la zona. Además, mi pliego de condiciones para comprar el ordenador se reducía a «ver anime». El sobremesa viejo, un P IV Willamette de segunda hornada (socket 478), ya no podía con los mp4 que sacaban los fansubs. Lo compré, dejé Vista aparcado, instalé XP y a disfrutar. Bueno, XP, Debian, 2003 Server… En aquel entonces, usaba yo más Debian que otra cosa. Luego, con la salida del Service Pack 1 para Vista, me obligué a usarlo un par de semanas y ya me enamoré de él y caí en las garras de la pérfida Spectra para siempre. Pasó de Vista a 7 y de 7 a 8 y ahora a 10.
Con el tiempo, la pantalla murió (ahora tengo una de 23» de peor calidad, cosas del seguro). Y la gráfica. Y luego repescó otra y… Y en el trabajo estrené un i5 y empecé a ver que el de casa se me había quedado viejo. Esta primavera lo he sustituido por un AMD A10-7870k, por cuestión de precio. Comprado a piezas y montado en una torre recauchutada.
Y ahora al venerable anciano le espera una segunda actividad. Monta desde hace unos años una GT530 y le he puesto un SSD de 120GB como unidad primaria. Arranca como nunca y creo que tiene por delante dos o tres años más de servicio. Lo que no está mal para una torre que compré ya obsoleta.
Los SSD han revitalizado muchos equipos «obsoletos», o pendiente de una pre-jubilación. En cuanto al monitor, poca gente cuida sus ojos, a pesar de que éstos suelen ser agradecidos, y no suelen gastar mucho dinero en él, pero si pruebas uno de calidad duerante un tiempo….
Interesante. Te leo.