Ego: 400 posts

(…)Les hablaba, les hablaba y así les dejaba la cabeza.

Cartas de color, Les Luthiers

Esta entrada va de ego puro y duro. El veinticinco de diciembre pasado, día de Navidad, publiqué la entrada 260 en Cuberterías de Albacete, que, sumadas a las 140 publicadas en este blog a esa fecha, hacen 400 entradas en estos veinticinco meses que llevo dando la brasa. La verdad es que, cuando empecé, pillando una oferta de dominio y alojamiento gratuito con 1and1 por dos años, no esperaba que llegara a renovar el dominio ni, mucho menos, que seguiría escribiendo pasados esos dos años.

Y hete aquí que aquí seguimos, yo y yo, la marina rastafari. Mientras el cuerpo aguante. Y, como es habitual a 31 de diciembre, haciendo repaso del año que acaba y haciendo lista de buenos propósitos para el que empieza. Por lo pronto, con este último post del año (y el 404 de la cuenta global) he conseguido mantener en diciembre la entrada diaria de lunes a viernes (martes y jueves aquí, lunes, miércoles y viernes en Cuberterías de Albacete), que es la que me gustaría mantener pero que, me temo, no se dará mucho más. No es un ritmo que pueda mantener si quiero postear algo con más enjundia que esta tonterida.

La lista para el año que viene incluye:

1) Encontrar trabajo, of course, y abandonar el nido para montar el mío propio, que ya es hora.

2) Mantener el buen olfato para el butano (como ahora mismo) y la mala combustión del brasero de carbonilla, que es algo que facilita una vida más larga.

3) Empezar con C# y ASP.Net y seguir con PHP. Este año sale Visual Studio 2010 y tocará aprender cosas nuevas. Y tengo que ver algo de Java, también.

4) Darle caña a Windows 7 y sacar más tutoriales. Lo de mejor escritos y más claros, eso, me temo que será imposible. Ya tengo pendientes corregir el de vídeo, uno sobre Grupo hogar (ahora que tengo dos 7 en red) y alguna que otra idea.

5) Retomar Linux. Todavía no sé si quedarme en Debian o saltar a Mandriva o incluso a ArchLinux, pero instalar alguno pronto, que en el curso hemos estado trasteando con Ubuntu y me ha entrado el mono.

6) Seguir colaborando en Foroswindows, como hasta ahora, claro.

7) Seguir como corrector en Nanikano, y dar el salto a la traducción.

8) Jugar más partidas, ahora que tengo jugadores nuevos, y explorar las posibilidades de Google Wave para partidas on-line.

9) Dirigir a Nephilim y/o a Selenim otra vez, con todo lo que ello conlleva.

10) Ir a más conciertos.

Los habituales de perder peso, aprender irlandés, etc., ya ni los cuento. Veremos cuantos cumplo al final.

En fin, esto es todo por este año. El que viene, si la censura que se instaure no nos cierra, seguiremos por aquí. Y si nos cierra, hablaremos desde otro sitio, y lucharemos, hasta deponer al presidente Clarke.

Les ha hablado La voz de la resistencia. Susan Ivanova, desde Babylon 5.

11) Volverme a ver Babylon 5.

Emidio Tucci, puajjj

Primer día de lluvia-lluvia (LLUVIA) que he sufrido desde que tengo mi gabardina Emidio Tucci, que bien cara me costó en su día. Primer test, después de estos años, que sufre. Y suspende, la jodía. He terminado empapado. La Mark & Spencer que tuve antes, hasta que casi se caía a trozos, me mantuvo seco de cuello a rodilla incluso cuando buceaba en Valdepasillas. Y me salió más barata.

Quiero otra. Mi reino por otra.

PD: en Sevilla eso de que caiga agua del cielo no debe de ser muy común, no, viendo cómo se comporta la gente.

Jugando con colecciones Dictionary

Esta entrada podría valer como la tercera de la serie «Mantener actualizados unos ComboBox», pero va en modo corto, que es nochebuena y me dan ganas de hacer algo más acorde con la fecha (ver La tumba de las luciérnagas, por ejemplo). Hagamos un breve resumen: tenemos un formulario maestro-detalle de series y las releases o distintas versiones de esas series. Como el número de releases por serie es pequeño (0 a 3 ó 4) y el número de campos de la tabla releases es amplio, en lugar de usar una rejilla o algún control parecido, decidí emplear un TabControl que mostrara tantas pestañas como releases y, en cada una, un UserControl con todos los datos. Es decir, esto:

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En casa del herrero…

Estos días pasados se ha comentado bastante el decálogo que ha sacado CENATIC (Centro nacional de referencia de aplicaciones de las TIC basadas en fuentes abiertas) defendiendo el uso del software libre en la educación, como respuesta al aún más comentado acuerdo entre el Ministerio de Educación y Microsoft. El decálogo, en su versión resumida, es una tontería del 15, porque lo mismo sirve para software libre que para no libre o en defensa del uso de bolígrafos de colores para tomar apuntes: algo vacío en el fondo, pero que queda más o menos bonito y pomposo.

Cuando lo leí, pensé que lo habría redactado algún iluminado pro-software libre que ve el Mal (sí, con mayúscula) en todo lo demás. Sin embargo, el Maligno ha revisado los pdf del decálogo (versión corta y versión larga), encontrándose que están hecho con Apple Keynote bajo Mac OS X. Eso es dar ejemplo.

Así que, detrás de este epic fail!, yo me pregunto: ¿ha sido cosa de alguna empresa externa que se ha encargado de la maquetación? ¿O la razón del decálogo es, sencillamente, que estamos a final de año y hay que justificar sueldos, subvenciones y prebendas?

(Sobre el acuerdo con Microsoft, me gustaría saber si ya han pensado cómo se van a usar esos portátiles o si van a hacer, en toda España, la misma chapuza que se hizo en Extremadura con el famoso ordenador cada dos alumnos).

De Vista+XP a 7+XP

Supongamos que tenemos un ordenador con Vista de fábrica al que en su día añadimos un XP. Luego tuvimos que recuperar el arranque de Vista y añadir XP a las opciones de inicio. Ahora, con la salida de 7, queremos instalarlo sobre Vista pero, en vez de hacer una actualización, optamos por formatear y hacer una instalación limpia. En este caso, adiós XP.

Con este problema, o sea, conseguir el arranque dual 7 y XP, llevamos en el foro unos días, porque se resiste el amigo. Y todo por no hacer los deberes antes y tener bien claro qué es lo que vamos a hacer y sus consecuencias. Normalmente, uno puede pensar que el Windows nuevo reconoce al viejo, y así es. Sin embargo, aquí tenemos un problema de base: originalmente fue el Verbo… digo, el nuevo. Vista. Bueno, el problema no es que sea el nuevo, sino que es el que nos vamos a machacar.

Si echamos un ojo antes al Administrador de discos de Windows Vista (o al de XP, que tanto da), veremos que la partición de Vista seguramente tenga unos calificativos tan sumamente feos y terroríficos como de Sistema, Arranque, Activo. En lo que a XP se refiere, en ella están sus archivos de arranque. Si la formateamos (que, no sé por qué, he visto ya demasiada gente que se lanza alegremente a formatear e instalar Windows XP sin saber que formatear borra todo), perdemos esos archivos de arranque, el gestor de arranque de 7 no va a encontrarlos y, por lo tanto, nos quedaremos sin poder arrancar en XP.

El modo fácil de solucionar esto es hacer los deberes antes y guardar una copia en algún otro lugar de los archivos de sistema ntldr, NTDETECT.COM y boot.ini, que estarán (bien ocultos, claro) en la carpeta raíz (\) de la unidad de Vista, o sea, C:\. Luego, cuando tengamos ya instalado nuestro Windows 7, volvemos a copiarlos al mismo sitio y sólo tendremos que añadir la opción de XP al arranque de 7, mediante el comando bcdedit. Para ello, abriremos una consola (cmd.exe) en modo administrador y ejecutaremos los siguientes comandos (que son los mismos que usamos en su día para añadir XP al arranque de Vista):

bcdedit -create {ntldr} -d «Windows XP»
bcdedit -set {ntldr} device partition=C:
bcdedit -set {ntldr} path \ntldr
bcdedit -displayorder {ntldr} -addlast

Si no lo hacemos antes, tendremos dos problemas. El primero está claro: tendremos que conseguir los tres archivos, pero lo podemos obtener del CD de instalación de XP o de otra instalación. El segundo, más puñetero, es que tendremos que configurar el boot.ini, que es el archivo donde se indica dónde está nuestro Windows XP, a mano.

De propiedad intelectual, derechos fundamentales y otras cosas (II)

Un intento de adaptarse a los nuevos tiempos fue la extensión del canon compensatorio a la nueva situación, incluyendo los nuevos soportes, en muchos casos por partida doble (canon al aparato grabador, canon al dispositivo que guarda los datos, esto es, grabadora y disco): CD, DVD, discos duros, tarjetas de memoria, ¡móviles!… Soportes usados muchas, si no la mayor parte, de las ocasiones para guardar datos propios: obras de nuestra creación (fotografías, películas domésticas, documentos), copias de seguridad (personales, pero, sobre todo y por volumen, de empresas), software… Los usuarios pusimos el grito en el cielo por este canon que considerábamos (y seguimos considerando) abusivo, precisamente porque un muy alto porcentaje de esos soportes no se usan para grabar las publicaciones sujetas a derechos de autor a las que se supone compensa.

La historia podía haber acabado aquí. Productores y (se supone) autores cobrando una compensación por copia privada superior a la que les correspondería por todas las copias privadas realizadas (por lo dicho antes: se cobra por soporte y/o grabador, no por la copia), calladitos y, aunque indudablemente molestos por la caída de ventas de discos y películas, contentos por el sobrecanon.

No lo estaban. La avaricia de los años noventa iba a más. El canon estaba bien (es dinero), pero había que reducir la copia privada a algo anecdótico. Esto lo intentaron de cuatro modos:

1) Impidiendo físicamente dicha copia, mediante sistemas de protección anticopia presente en algunos CD y casi todos los DVD. Así, no sólo se impedía el derecho a la copia privada, sino también el más restrictivo derecho a la copia de seguridad (que es el que tenemos con el software, donde no hay copia privada), esto es, a hacer una copia del original por si las moscas. Por supuesto, sin dejar de cobrar el canon compensatorio por las copias que impedían realizar.

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De propiedad intelectual, derechos fundamentales y otras cosas (I)

Hace no muchos años uno compartía sus colecciones de cassettes y cds con sus amigos, grabándolos en cintas (¡qué cantidad de cintas Fujitsu de cromo gastaba al año, madre!, aunque mis favoritas eran las Maxell), haciendo uso de mi derecho de copia privada y pagando el preceptivo canon por ello. Discos que no me gustaban tanto como para tenerlos originales, o que eran inencontrables, o que, a fin de cuentas, ya lo tenía mi hermano o mi madre. Copias para el walkman, para el coche…

También tenía un vídeo VHS donde grababa series y películas de la tele (entonces, aun con mil anuncios, te las ponían completas y sin llenarte de mierda la pantalla en casi todas las cadenas). Era algo normal y todo un arte (grabar sin anuncios, digo). Luego, todo empezó a cambiar.

Y cambió por dos lados: primero las grabadoras de cds hicieron posible sacar copia con mejor calidad que la cinta y a menor precio. Luego llegó internet y, con Napster, eMule y el resto de aplicaciones p2p, pudimos pedir y dejar material a compañeros y amigos con los que no teníamos contacto físico de forma mucho más cómoda que por correo. Así, la copia para uso personal y sin ánimo de lucro, la copia privada, se disparó, llegándose en la actualidad a una situación de, sinceramente, abuso.

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Mi gozo en un pozo…

Esperaba haber dado con la tecla y reproducir vídeos en Windows 7 sin instalar prácticamente nada, y este fin de semana he tenido los primeros problemas:

  1. Películas y series que usan el códec DivX versión 5 (probado 5.0.5) y con una versión sin identificar (el GSPOT no me lo ha indicado) de XviD se oyen pero no se ven. Con el BSPlayer, sin instalar ningún códec en local, curiosamente ocurre al revés, se ven pero no se oyen.

  2. Con unos pocos episodios en mkv usando h.264 me ha pasado que el MPC-HC no ha podido reproducirlos (se ve mal el opening y la aplicación casca), usando DXVA. Windows Media Player tuvo problemas con el opening (se veía mal) pero el resto del episodio lo reprodujo bien. BSPlayer con ffdshow pudo con él sin problemas.

En fin, estoy viendo que, al final, tocará instalar el ffdshow.

En defensa de los derechos fundamentales en Internet

No suelo seguir protestas ni físicas ni por Internet, pero cuando atentan contra las libertades más básicas, me enciendo. Esto me supondrá ser fichado y, en unos añitos, si nada lo remedia, que los grises del gran y glorioso caudillo que nos gobierne entonces (¿seguirá siendo ZP o tendremos un paripé de elecciones?) vengan a mi casa a hacerme desaparecer. ¿Exagero? Si tuviéramos un gobierno democrático, esto jamás se hubiera planteado. Pero, ¡ay!, gobiernos democráticos no es algo que se encuentre mucho en la Vieja Europa hoy día, y el nuestro quiere crear su propia SS.

Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de Internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que:

1.- Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.

2.- La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.

3.- La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.

4.- La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.

5.- Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.

6.- Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.

7.- Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.

8.- Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.

9.- Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.

10.- En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.

Folleto del Cenatic

Este fin de semana con el periódico Hoy venía un folleto publicitario del CENATIC (Centro nacional de referencia de aplicación de las TIC basadas en fuentes abiertas, vaya con el nombrecito). Un folleto de 20 páginas que parece ser el primero de una serie (viene marcado como «Fascículo 1») y que comparte con todos los folletos publicitarios el mezclar verdades, medias verdades y falsedades y no mostrar verdades incómodas. También trae una pequeña introducción a Linux (Ubuntu con Gnome, para variar).

De todas las cosas que dice hay una, que por mal escrita entraría en el rango de mentiras, que me ha hecho gracia y que me gustaría, de verdad, que fuera cierta. Dice lo siguiente:

La estabilidad de su sistema operativo. Los sistemas operativos cerrados y propietarios son como cajas secretas, cuyos posibles errores han sido revisados en el momento de su puesta en el mercado, pero esta revisión la ha realizado un grupo reducido de personas en un período limitado de tiempo. Los sistemas operativos abiertos son como cajas públicas, revisadas por un gran número de expertos de forma continua, desde que se pusieron en uso.

Ains… Si fuera así… Si, de verdad, los errores y fallos de una versión de Windows sólo fueran revisados por el equipo de desarrollo y los betatesters… Si nadie se lanzara sobre cada versión de Windows a buscar bugs, exploits, fallos de seguridad… ¡qué vida más maravillosa tendríamos los usuarios de Windows!

Que sí, que tener acceso al código ayuda, pero no es necesario para encontrar errores (sí para corregirlos, claro). Y al revés, el acceso al código fuente no garantiza que sea seguro ni que el gran número de expertos que lo revisa de forma continua vea un fallo evidente en una buena temporada, como el fallo de seguridad SSL de Debian.