¿No con Outlook?

Mi viejo HTC Touch empieza a darme problemas. Le ha dado por reiniciarse en mitad de una llamada, de forma aleatoria. El problema es que, claro, al que llama se le corta la llamada igual que si se la hubiera cortado deliberadamente, pero a mí no me queda constancia de la misma. Aprovechando que estamos en Navidades y suele haber ofertas varias para estas fechas, he empezado a buscar un posible sustituto. En su día me llamó bastante la atención las noticias que salían sobre el futuro Windows Phone 7 (o Windows Mobile 7), así que mi primera opción ahora que ya ha salido ha sido buscar un terminal con este sistema operativo, encontrando uno muy majo.

El siguiente paso ha sido buscar información concreta sobre Windows Phone 7. Tras una somera búsqueda, unos comentarios preocupantes y una búsqueda más a fondo, se me ha quedado una cara de tonto que espanta. Menor, claro está, que si me hubiera dado cuenta de la tontería que han hecho en Spectra después de comprarme un terminal.

Así, sin anestesia: no hay forma humana de sincronizar contactos, tareas y calendario de Outlook con el nuevo Phone 7. No voy a preguntarme quién es el lumbreras a quien se le ha ocurrido semejante estupidez. Tengo otra pregunta más importante.

Y ahora, ¿qué? ¿Qué opciones tengo?

1) Esperar a ver si consigo hacerme con un terminal con Windows Mobile 6.5 a buen precio, algún resto de stock o similar.

2) Volver a Symbian.

3) Pasarme a Android.

4) ¿?

En todo caso, mis necesidades son simples: sincronización de contactos, tareas y calendario con Outlook. Que sirva para llamar y mandar SMS. Que tenga wi-fi. Y que me permita editar documentos de Word y Excel. Se valorará que haya una versión de SCUMMVM para él.

Me encanta mi trabajo

Hay días que me reconcilio con mi profesión. Días que me recuerdan lo estimulante que es ser administrador de sistema o comedor de marrones en general. Días que me demuestran que los ingenieros crean hermosas máquinas, pero los fp somos el lubricante que las permite funcionar. Hoy ha sido uno de esos días. Un día horroroso. Un día genial. Un día de recordar viejas entradas leídas en blogs y foros, día de darle caña al Process Explorer y rastrear lo que hace un programa al arrancar. Y a partir de ahí intentar entender qué quiso hacer el programador, pasar de ver el qué hace el programa al porqué lo hace. Y luego, los ojos lagrimeando de tanto ver líneas que indican accesos al registro y a archivos, de revisar los archivos de la aplicación y buscar dónde se guarda lo que estamos buscando, encontrar con que no hay forma de averiguarlo. No, por lo menos, con mis conocimientos.

Día perdido.

Pero el olfato está ahí. Sacando posibilidades de supuestos totalmente inconexos. Olfato, olfato, idea, prueba y… ¡bingo!

Problema resuelto.

Hay a quien le gusta los sudokus o los puzles. A mí que me den un problema interesante. Que las cabezas sesudas se preocupen de conquistar países, que yo pongo los puentes.

Solo es un gato

Es tremenda la indefensión que sufrimos con Internet. La noticia me llena de espanto y quiero creer que en España, con nuestra Agencia de Protección de Datos, tal cosa no pasaría o, por lo menos, al tipo en cuestión lo crujirían vivo (y a cierta prensa, de paso). Pero en el Reino Unido las cosas funcionan de otro modo. Cualquier mención a introducir un carné de identidad es visto como un terrible atentado contra la intimidad de las personas, sacar fotografías a edificios y monumentos por parte de los turistas, como un posible acto de terrorismo y el servicio de Google Street View es ambas cosas. Pero un tipo puede poner cámaras en su casa grabando la calle, colgar parte de esas grabaciones en Youtube y destrozarle la vida a una persona, que ahora se ve amenazada de muerte, debe llevar escolta policial y se encuentra marcada de por vida. A ese vídeo (y gracias a él) le siguió su nombre, dirección, teléfono, correo electrónico, perfiles en redes sociales… Algo terrorífico, un atentado contra la intimidad impensable en otra época.

Y, mientras, la gente mirando para otro lado, embobados con la historia de un lindo gatito (¡es cierto, es cierto, es un lindo gatito!), sin darse cuenta de la burrada de la situación y de que las autoridades siguen mirando para otro lado. Esto lo ha hecho un tipo cabreado y con ganas de venganza y la típica turba que se suma al linchamiento sin pensar, esa turba que tan bien retrató Fritz Lang en Furia. Y lo hacen las empresas y lo hace el estado. Y nosotros seguimos poniendo la cama.

Da miedo.

Poco a poco, de vuelta

Bueno, se me acabaron las vacaciones. Vale, no es exacto, ya que llevo de vacaciones forzosas más tiempo del que me gusta recordar, pero por lo menos tengo algo que hacer. Un curso interesante y, en principio, de buen nivel de Java, y encontrar algo así por aquí es como encontrar una cosa negra, pegajosa y más o menos líquida. Dejando de lado que aprender siempre es divertido y estimulante, espero que me abra puertas para ganarme los garbanzos. Por otra parte, el cambio de no tener nada que hacer realmente (sí, un montón de cosas, pero es tan fácil entrar en una espiral de nadismo) a tener las mañanas ocupadas igual consigue que entre en modo hiperactivo, que me deja baldado pero es muy gratificante. A ver si con esto retomo el blog, que anda casi abandonado, y los tutoriales que tengo a medio hacer o por terminar, tanto aquí como en el foro. Y saco tiempo para Visual Basic 2010, que seguro que con tanto Java lo termino echando de menos.

Me imagino que alguno me diréis que Java es la leche, o que el lenguaje es como C, que es lo mejor de lo mejor, pero a mí me gusta imprimirme los programas y atacar los problemas leyéndolo en voz alta y corrigiendo con rotulador fosforito y boli bic y para eso Basic es más apropiado. C y derivados (Java, C#, PHP) me dan la impresión de estar leyendo klingon y siempre termino con dolor de garganta. Además, ¿cómo demonios se pronuncia «{«? Gracias a Apple, ya sé cómo se pronuncia ! (ay!fon), pero { se me resiste y tengo grandes problemas con ciertos fonemas, así que prefiero lenguajes más… literarios.

El caso de los niñatos

Nos pasa en el foro de vez en cuando que nos entran, como plaga de langosta, un grupo de niñatos que nos inunda de mensajes chorras. Como vienen todos a la vez y desde la misma IP y en horas lectivas (en su país de origen), los moderadores creemos que igual es alguna clase de informática donde el profesor les «enseña» lo que son los foros y les hace dar por culo a los foreros haciendo alguna consulta. Pensamos esto por la riqueza idiomática y léxica de los mensajes, la desidia de su redacción (apenas una línea), lo chorra de lo planteado (en resumen, nada) y que sean todos en tan poco espacio de tiempo. Y, también, porque el aquí firmante ha sufrido una de esas clases. Que está bien enseñar la existencia de foros, y más si hablamos de foros técnicos y un FP de informática, como era el caso, pero creo más importante el cómo debe comportarse uno en un foro que el cómo crear o responder a un mensaje. Si de eso se trata, que se monten un foro para cacharrear en clase y nos dejen a los demás vivir en paz.

Esta vez los he pillado pronto, con sólo tres o cuatro mensajes y les he aplicado el correctivo de rigor: eliminación de mensajes y baneo de la IP por una temporada. A ver cuánto tiempo pasa hasta la siguiente clase práctica.

Vista es el culpable

Vista tiene tan mala fama que es tan tremendamente fácil echarle la culpa de todo… He leído en los comentarios no sé si de una entrada de Menéame o de algún blog las críticas habituales sobre UAC (ya sabéis, que si es una mierda, que si sólo sirve para fastidiar, que vaya basura hizo Microsoft, etc.) con un caso bastante habitual con programas antiguos (en caso de equipos domésticos, principalmente juegos; en este caso concreto, hablamos de una empresa y una aplicación de trabajo): el programa necesita tocar archivos (por ejemplo, de configuración, de estado, temporales…) durante la ejecución de la aplicación. Los archivos están en el directorio de instalación del programa, normalmente en Archivos de programa o en el raíz de la unidad de sistema.

El problema, claro, es que un usuario normal no puede tocar esos archivos. En XP y 2000, la solución cutre era darle al trabajador una cuenta local de administrador para que pudiera trabajar sobre esos archivos sin problema. En Vista el problema, claro, es que por mucho que un usuario pertenezca al grupo de Administradores, trabajará con permisos restringidos y, si hace falta más, se solicitará la elevación de permisos mediante UAC. Como resultado, la aplicación no funciona.

La solución, según el comentarista, fue desactivar UAC y asignarle al trabajador una cuenta de usuario administrador. Lo que me demuestra dos cosas:

1) Que esa empresa no tiene un administrador de sistemas (o «informático» a secas) que se encargue de los equipos o, si lo tiene, se quedó estancado en Windows 9x y cosas como «autoformación», «reciclaje» y «aprendizaje» le suenan a chino.

2) Que es mucho más fácil convencer al jefe y autoconvencerse de lo malo que es el sistema operativo que de lo incompetente que es uno.

Porque si el problema era sólo ese, se soluciona igual que en las versiones anteriores de NT: dando permisos de escritura al usuario o grupo de usuarios pertinente sobre los archivos o carpetas necesarios.

Necesitando drivers para la controladora SATA y sin disquetera

Esto es un cuento viejo. Una anécdota con poca utilidad práctica. Tiene 3 años. El culpable fue el nuevo servidor de la empresa, su tarjeta controladora SATA (muy bonita ella, en su slot) y Windows 2003, sin ese driver. Me acuerdo de esto ahora porque, pese a la obsolescencia de XP, aún hay gente empeñada en instalarlo en equipos de última generación con el problema habitual: necesitamos pasarle el driver de la controladora y XP sólo lo admite por disquetera. Disquetera, disquetera… ¿Qué era eso? Vale, nos creamos el disco de instalación personalizado que integre ese driver, ya sea con las propias herramientas que nos ofrece Microsoft o, mucho más fácilmente, con nLite.

Claro, que también podemos hacerlo al estilo me_la_cargué™. Estilo Cubano:

Supongamos que la placa base de nuestro ordenador (mira que era bonito el jodido, tan negro, con sus discos hot swap) tiene conexión de disquetera. Sólo necesitamos coger la disquetera de uno de los venerables PIV de la oficina y listo.

Uhm… Vaya, hombre, la fuente de alimentación no tiene conexión para disquetera.

Bueno, pues ponemos ordenador junto a ordenador, la disquetera conectada a la alimentación de su ordenador y por el cable de datos al server. Ya sólo hace falta un disquete con el driver de la controladora, encender ambos ordenadores y tirar p’alante.

No es muy elegante, ¿verdad?

Bosque sagrado amenaza con dejar de vender DVD en España

Y son los segundos, tras la industria del videojuego, que no saben que hay crisis. Viven en un mundo paralelo donde la gente tiene trabajo, y dinero para gastar en hobbies, pero no compran sus excelentísimos productos. Pues mira, allá ellos. Todavía espero la segunda temporada de Babylon 5, o unas ediciones decentes, con los comentarios de actores y director subtitulados y cosas así. Somos el mercado más puteado de Europa (o, por lo menos, de Europa occidental): ediciones que dan pena y precios caros. Algunos hasta dirán que es un mercado caduco, que nadie quiere comprar ya en soporte físico (yo quiero) y tal.

Pues miren, señores de Bosque Sagrado, aunque ustedes no se lo crean ni puedan verlo desde sus mansiones, sus grandes coches con lunas tintadas y sus salas de juntas allá arriba, aquí estamos bien jodidos. Paro, el que quiera. Ahorrar, lo que se pueda. Capeamos un temporal gordo, donde las preocupaciones son comer todos los días del mes y pagar las deudas (hipoteca y coche, principalmente). Hay negocios y fábricas que están bien jodidos, y otros muchos que han cerrado. Las ventas de todos han bajado por culpa de la crisis y se hace lo que se puede para seguir. ¿En qué ego enorme cabe que su negocio sea inmune a la crisis y el descenso de ventas culpa de cualquier otra razón? ¿Cómo se puede ser tan ciego? ¿Cómo se puede ser tan idiota?

Sí, señor. Yo compré unas cuantas películas y series en DVD en rebajas, aprovechando unas buenas ofertas. Y serán las últimas que compre en una temporada que cada vez se hace más larga. Porque mañana se me acaba el paro, sigo sin trabajo y no sé muy bien qué va a ser de mí a partir de mayo. Así que, sí, posiblemente descargue más. Películas que quiero tener originales pero no puedo. Películas que no tenía pensado ver, pero que me harán falta para evadirme por un rato de la realidad.

Algo que me haga olvidar que estoy en paro y bien jodido y desde arriba sólo oigo estupideces.

Nota final: ya me lo han hecho notar. Sí, está hecho a posta. El juego de palabras tonto entre holly y holy. Hace mucho que pienso que deberían cambiarle el nombre al sitio y a la industria.

Tres aparcamientos, tres

Por si no teníamos bastante con los veinte aparcamientos perdidos en el Corazón de Jesús cuando convirtieron la plaza en una acera ancha, los ocho o diez del último tramo de Hernán Cortés, los doce o quince de la calle del Muro, el día que esté hecha, lo último ha sido quitar tres aparcamientos de mi calle, que bien jodidos ya estábamos, para convertir un ramal peatonal que la une con una urbanización, hasta donde sé, privada, en calle de salida de ésta. Así que han rebajado la acera, han puesto señales, unos pivotes y que los vecinos (casas viejas, de una o como mucho dos plantas, sin posibilidad de hacer cochera) pongan la vaselina. Cogía yo uno de los pivotes y le enseñaba al capullo responsable unas cuantas técnicas aprendidas en mis años de universidad (escuela técnica).

En fin, seguimos sufriendo la Santa Cruzada antiaparcamientos de un alcalde aquejado de gallardonitis crónica (y con cochera propia donde, dicen las malas lenguas, mantuvo su flamante todoterreno oculto de miradas indiscretas hasta que pasaron las elecciones), empeñado en hacer una ciudad de aceras anchas y grises, plagadas de bancos de diseño y maceteros horteras, y calles estrechas y bacheadas o adoquinadas (¡adoquinas! ¡La Virgen, si hace veinte años conseguimos desterrar los putos adoquines!). Todo muy chic y muy guay, o sea, ese toque minimalista todo-cemento con las aceras a ras de la calle y los maceteros posmodernos de hormigón o de hierro oxidado (1), con el tono rústico de pueblo que le dan los adoquines, o sea, chupiguay, te lo juro. Fíjate, los pusimos hace dos años y ya tienen rodadas y están éstos levantados y los de allí hundidos y hacen un ruido los coches así como de carruaje, pero sin las cagadas de los caballos y queda muy chuli, o sea. Y los coches que aparquen o vayan por las calles (estrechas, algunas tortuosas) laterales, oye. Y si se saturan, pues se pone zona azul. Y si no se saturan, pues quitamos más aparcamientos.

Dentro de poco van a empezar las obras en la última calle céntrica que queda por arrasar. He visto el plano y tengo que ir y contar los coches que ahora caben, pero como poco veinticinco aparcamientos más (la mitad de los que ahora hay) desaparecerán, como lágrimas en la lluvia.

¿Queda alguna ciudad o pueblo donde los políticos se preocupen por sus conciudadanos y no antepongan sus ególatras y faraónicas visiones? Porque, ¡vive Dios!, que me mudo.

Si no lo digo, reviento.

(1)Acero corten, concretamente. Han descubierto que queda supermonísimo, o sea, y una calle recién arreglada muestra ya las feas manchas de óxido de los maceteros. Y, después de limpiar un muro de piedra de más de un siglo (y tirar algo más de la mitad del mismo para sustituirlo por tres muros de hormigón), van a coronarlo con una valla de acero corten, para que deje unos buenos churretones hasta el suelo. Igual que la estatua que van a poner en una rotonda nueva, tras tirarla y volverla a hacer (buena excusa: dicen las malas lenguas que esa avenida y la susodicha rotonda las hizo un arquitecto con consecuencias muy divertidas: inundaciones, rotonda tan pequeña que los tráilers no son capaces de cogerla, vía de servicio para dar ídem a cooperativas agrícolas, fábricas y tal por donde no caben tractores y cosechadoras…).

En fin, nos va a dejar una ciudad mo-ní-si-si-ma para pasear. Para vivir y trabajar, por favor, miren en otro sitio.

Mi Ono-Sendai

Llevaba desde verano pensando en comprarme un netbook para estas fechas. Es más por capricho que por necesidad real: el tener una máquina en vacaciones o cuando me vaya por ahí con la que matar el mono. En casa uso el sobremesa y bien contento que estoy con él (y qué pronto se acostumbra uno a los 1680×1050). El caso es que se acercaba la fecha navideña y no encontraba un modelo aceptable. Se juntó esto con la misma pretensión de Menxar, e idénticos requisitos que descartaba casi todo el catálogo disponible (y mira que hay cacharritos) de ultraportátiles.

Básicamente, que nos permitiera reproducir anime. Y aquí la liamos, porque el mundo del fansub va, técnicamente, abriendo camino y ahora empieza a llevarse el Blu-Ray Rip con sus malditos 1080p, y eso no es tan fácil de mover. En los ultraportátiles, nos suponía tirarnos a la plataforma ION de Nvidia, por aquello de tener decodificación de H.264 por hardware, y eso subía un montón el precio. Y reducía enormemente los modelos disponibles, si conseguíamos encontrar alguno. Salía mucho más económico tirar hacia un portátil grande o un portable, con la ventaja añadida de tener un ordenador de verdad. Los portátiles pequeños siempre han sido de gama alta, demasiados para el bolsillo.

Entonces, Menxar descubrió el Acer 1810TZ. Un portátil barato de 11.6», ligero, de gran autonomía, y con capacidad para decodificar H.264 mediante su tarjeta gráfica Intel 4500MHD integrada, incluyendo una salida HDMI para aquellos que tengan una tele en condiciones y se acuerden de ello. Así que ella se lo pilló primero y yo, una vez hube comprobado que no daba problemas (el test: reproducir sin saltos el primer capítulo de ef – a tale of melodies versión Nanikano), también, convirtiéndose en mi Ono-Sendai portátil para vacaciones y extracciones y black operations varias.

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