Restaurar Windows 7 a partir de una imagen de sistema I

En caso de desastre del copón, la opción que tenemos en un equipo de marca con Windows preinstalado suele ser devolver al equipo a su estado de fábrica mediante la partición de rescate o los discos que hayamos creado a partir de ella. Esto supone perder nuestros datos (bueno, vale, como somos previsores los habremos sacado antes a un disco externo o algo así) y, la parte terrorífica: tener el equipo como cuando lo compramos, con toda la basura y todo el trabajo por hacer.

Si por algún raro casual el fabricante nos ha dado el disco de instalación de Windows (cada vez más raro), o por la razón que sea (equipo clónico comprado en tienda, Windows comprado o adquirido aparte) lo tenemos, podemos intentar reparar la instalación, reinstalar, formatear y reinstalar… Pero como ahora mismo, que lo que más se compra son equipos de marca, no es el caso habitual, no entraré en ello. De todas formas, salvo en el primer caso, tendremos que reinstalar todo de nuevo (instalar un sistema operativo, ya sea Windows o Linux, es un verdadero suplicio) y habrá que poner nuestros datos a resguardo antes de hacer nada.

Teníamos otra opción, más cómoda: crear una imagen del sistema, una copia exacta que podríamos restaurar en breve tiempo, de forma que tendríamos el equipo exactamente igual que el día que hicimos dicha imagen. Estas imágenes se hacían y se siguen haciendo con aplicaciones de terceros: Norton Ghost, Acronis True Image, Partimage… El problema de estos programas es que suelen ser de pago (el único que conozco gratuito es Partimage y nunca he conseguido hacerlo funcionar con particiones NTFS). El problema añadido ahora (y eso no puede evitarse) es que las imágenes nos van a salir bien grandes: ¿cuánto ocupa nuestra unidad de Windows? Entre Windows, aplicaciones y datos, un buen número de gigas, sin duda.

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El dichoso reproductor flash

Por si alguien no se ha enterado, estos días se celebran los juegos olímpicos de invierno en Vancouver, Murcia. De todo el deporte invernal sólo me interesa el patinaje artístico pero, con la excusa de que la Tierra es redonda, a alguien se le ocurrió usar husos para hilarla y lo ponen a horas intempestivas.

Vale, no hay problema. Con la cantidad de canales que tiene Televisión Española, en alguno lo pondrán en diferido, ¿verdad? Pues… Sí y no. Sí, lo ponen (o eso creo), pero la programación que anuncian en su web igual no se ajusta luego a la realidad. No hay problema. Por si nos lo perdemos, lo han subido en streaming a la web. Todo solucionado.

Pues no. El reproductor flash que tienen es una cafetera del todo a cien. Con un poco de paciencia, los vídeos cortos consigo verlos (al tercer o cuarto intento), pero con los largos (hablamos de alrededor de una hora), tose, carraspea, se hace el longui y, finalmente, pasa de mí. Así que, haciéndolo a lo Naruto (pensamiento lateral), he optado por bajar el vídeo. Una rápida búsqueda por internet me ha llevado a este artículo del blog La máquina diferencial.

Siguiendo los pasos de ese artículo (incluyendo los comentarios), he:

1) Cargado la página con el vídeo que quiero descargar.

2) Buscado en el código fuente una línea que dijera «/mediateca/videos/lo_que_sea/chorro_números.shtml».

3) Abierto en el navegador el archivo que está en la ruta «http://www.rtve.es/alacarta/player/chorro_números.xml».

4) Dentro de ese archivo aparecerá la ruta del vídeo en cuestión, en la forma «rtmp://stream.rtve.es/stream/resources/alacarta/flv/un número/otro número/lo_que_sea.flv».

5) Llevamos al navegador o a nuestro gestor de descargas la ruta «htt://www.rtve.es/resources/alacarta/flv/un número/otro número/lo_que_sea.flv», es decir, la ruta del punto 4) desde «resources».

6) Y descargamos el vídeo, claro.

Y eso es todo. Les dejo, que voy a ver, ¡por fin!, el programa corto de Lambiel.

Un arranque rápido en Windows

Si buscamos por Internet formas de conseguir que Windows (cualquier versión) arranque más rápido, casi todo lo que encontraremos será contraproducente, esto es, puede que consigamos un arranque más rápido pero perderemos en rendimiento o estabilidad o ambas cosas, o bien directamente dañino. Creo que no he visto ninguna entrada en foro o blog (habrá, no me cabe duda) que mencione el método más simple y efectivo, salvo para desactivarlo por alguna oscura razón.

Así que supongamos que nos olvidamos de esas colecciones de trucos. Supongamos también que ya hemos hecho los deberes: hemos cogido nuestro equipo, una vez ya instalado todo lo que necesitamos, y le hemos hecho la limpieza de rigor al arranque. No deshabilitando procesos y servicios propios de Windows alegremente (lo que más encontraremos por ahí), para no perder características ni rendimiento, sino dedicándonos a los procesos y servicios de terceros (el egocentrismo es un problema grave en informática, y más aún en desarrollo de aplicaciones). Así, habremos analizado cosas como el inicio rápido de Adobe, la máquina virtual de Java, el programa del TomTom, el del móvil, la impresora, el escáner, el otro móvil, el inicio rápido de OpenOffice.org o el de Microsoft Office, los distintos procesos y servicios que lanza Nero (Ahead), los relacionados con iTunes y otros programas de Apple (incluyendo ese Bonjour), los propios del fabricante de nuestro equipo (en caso de que sea de marca y haya venido con Windows preinstalado) y el resto de «cosas» varias que tendremos por ahí. Habremos analizado todo esto, decía (un día debo dedicar alguna entrada al respecto), tirando de MSConfig y de la consola de servicios, o bien con ayuda de una aplicación de terceros, y habremos quitado lo que, para esta máquina y en este momento, consideremos que no necesitamos («lo que no necesitemos» no quiere decir «todo»; en mi ordenador del curro la máquina virtual de Java era esencial en el arranque, mientras que en el de casa no es necesaria, y así con todo).

Con esto tendremos ya nuestra máquina donde queremos, ágil, potente y útil. ¿Podemos hacer algo más para que arranque en menos tiempo? ¿Para que pase menos tiempo desde que pulso el botón de encendido hasta que tengo el escritorio plenamente funcional, con mis gadgets y mis aplicaciones habituales? Pues sí, algo bien sencillo.

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